“Sin prisa pero sin pausa”: Residentes de Monte Plata exigen reconstrucción del puente colapsado sobre el Ozama.

“Sin prisa pero sin pausa”: Residentes de Monte Plata exigen reconstrucción del puente colapsado sobre el Ozama.

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A casi dos meses del colapso del puente de Don Juan, que conectaba a las comunidades de Yamasá, Peralvillo y otras localidades con Monte Plata y el resto del Cibao y el Nordeste, los residentes siguen confiando en que el Gobierno ofrecerá una solución definitiva y a tiempo. Mientras tanto, demandan la habilitación urgente de pasos provisionales seguros que permitan el tránsito de vehículos livianos y pesados.

La caída de esta estructura, ocurrida durante las lluvias de septiembre y que cobró una vida, ha dejado incomunicadas a decenas de comunidades rurales, afectando gravemente la producción agrícola, el comercio y la movilidad estudiantil.

El anuncio del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) de reconstruir el puente utilizando parte de la base original ha generado amplio rechazo entre los pobladores, quienes temen que una “solución a medias” repita los errores del pasado.

“Necesitamos ese puente. No podemos dar la vuelta de casi 50 kilómetros para conectar Don Juan con Yamasá”, expresó Enercido de los Santos, residente en este último municipio.

Por su parte, Hatuey Alcántara Antonio, comerciante de la zona, pidió al presidente Luis Abinader prestar especial atención a la obra por su impacto en la economía local. “Este puente es el sostén de la agricultura, la educación y el comercio entre nuestros pueblos”, manifestó.

El funcionario Anderson de los Santos reconoció la desesperación de la población por el impacto económico del colapso, pero aseguró que el presidente Luis Abinader está informado de la situación desde el primer momento.

Esta zona produce uno de los cacaos orgánicos más codiciados del mundo, además de piña, limón, chinola, yuca, leche, carne y víveres de alta calidad.

Los residentes insisten en una obra definitiva y segura, construida con estándares modernos y adaptada a las condiciones del río Ozama. Proponen además desplazar los aproches entre 25 y 50 metros para garantizar la estabilidad de la nueva estructura.

“Esta tragedia debe ser una lección. No queremos más vidas perdidas ni improvisaciones. Exhortamos a las autoridades a actuar con sensatez y construir una obra que resista el paso del tiempo y las fuerzas del río”, concluyeron los comunitarios.

El puente, construido en los años 50 y arrastrado posteriormente por el huracán Georges en los 90, siempre estuvo expuesto al desbordamiento del río, cuyas crecidas solían superar su altura de diseño.

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