Mientras Zelenski sigue presionando a Occidente para que le deje atacar territorio ruso con armas de largo alcance, Putin se adelanta a esa posibilidad, lanzando un aviso a los líderes de Europa y EE.UU: Si cualquier país de la OTAN autorizan a Kiev a usar misiles en su territorio, se enfrentarán directamente contra Moscú.
Así lo ha declarado este jueves el presidente ruso a la televisión pública del país. «Si esa decisión se toma no significará otra cosa que la participación directa de los países de la OTAN, de EE.UU. y de los países europeos, en la guerra en Ucrania (…). Significaría que los países de la OTAN están en guerra con Rusia», ha dicho.
Una decisión que, según el propio Putin, alteraría la naturaleza y alcance del conflicto. Sus fuerzas armadas tomarán «las decisiones correspondientes según cuanto les amenacen», ha amenazado.