En la carrera por liderar el desarrollo de la inteligencia artificial, el ritmo se ha convertido en una sucesión de movimientos encadenados. El 12 de noviembre llegaba GPT-5.1, una actualización orientada a pulir la experiencia y mantener satisfechos a los usuarios. Apenas unos días más tarde, el 18 de noviembre, Google respondía con Gemini 3, una evolución de su modelo estrella que dejó muy buenas sensaciones entre quienes empezaron a probarlo.
A raíz de ese lanzamiento comenzaron a circular rumores: la startup dirigida por Sam Altman habría activado un supuesto “código rojo” al ver cómo su rival directo tomaba ventaja. Y este parece ser el primer resultado de ese movimiento interno. No ha pasado ni un mes desde la anterior actualización de su modelo insignia y ya está aquí GPT-5.2. La promesa aquí es resolver algunos problemas conocidos, disminuir la latencia y ganar en razonamiento.
Una evolución dentro de la serie 5. GPT-5.2 aparece como una versión diseñada para impulsar el trabajo del conocimiento, con avances en codificación, visión, análisis documental y proyectos de varios pasos. OpenAI lo incorpora como la evolución directa de GPT-5.1, no como un salto generacional. De acuerdo con la empresa, la actualización mejora la gestión de contextos largos, reduce errores y aumenta la capacidad de coordinar herramientas.
