El presidente Luis Abinader aseguró hoy en Washington que la inestabilidad en Haití ha generado una enorme presión sobre la seguridad de República Dominicana.
Insistió que la comunidad internacional debe asumir un rol protagónico y sostenido en la estabilización de la sociedad haitiana.
El jefe de Estado dijo que “las amenazas a la seguridad trascienden las fronteras nacionales. El narcotráfico y el crimen organizado corrompen instituciones, generan migración y desestabilizan las economías”.
“No debemos permitir que Haití vuelva a caer en el olvido”, dijo el mandatario dominicano esta mañana en su discurso ante la 27 la Conferencia Anual del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF).
Dijo que la estabilidad de Haití, es una necesidad estratégica para la seguridad en el Caribe.
“El narcotráfico no es una amenaza aislada; se interrelaciona peligrosamente con la crisis migratoria, facilitando la explotación de grupos vulnerables por poderosas redes criminales, incluyendo la trata de personas. Este ciclo de abuso y violencia afecta la paz social y también sobrecarga las instituciones, disminuyendo la capacidad de los Estados para garantizar la seguridad ciudadana”.
Aseguró que su gobierno continuará colaborando con la comunidad internacional para lograr la estabilidad en la sociedad haitiana.
Indicó que para la República Dominicana la seguridad es un pilar fundamental de la gobernabilidad.
Sostuvo que en los últimos años, hemos logrado reducir significativamente la tasa de homicidios, pasando de 13.2 por cada 100.000 habitantes en 2022 a 9.9 en 2024, hasta la fecha.
“Este resultado no es fortuito: se debe a una estrategia integral que combina la aplicación rigurosa de la ley con la atención a las causas subyacentes al crimen”, precisó.
Indicó que dada la posición geográfica y estratégica, República Dominicana se encuentra en las rutas del tráfico de drogas, lo que ha obligado a redoblar la lucha contra ese flagelo.
Dijo que la efectividad de esos esfuerzos queda evidenciada con las incautaciones de drogas logradas y que durante su primera gestión que acaba de finalizar fueron incautadas 148 mil 826 toneladas de drogas en cuatro años, más del doble que en los 16 años previos.
“El promedio anual de incautación de narcóticos fue de 38,160 toneladas, frente a solo 4,845 en los 16 años anteriores, es decir 8 veces más por año”.
Reconoció, sin embargo, que la prevención del crimen requiere una intervención profunda en las raíces causales de la delincuencia y que por ello, han invertido fuertemente en la educación y en la creación de oportunidades laborales para los jóvenes.
“Ese enfoque preventivo es indispensable para garantizar la seguridad y construir una sociedad más justa y equitativa”.
Dijo que la defensa de la democracia no se limita a mejorar los aspectos procedimentales, sino que se deben hacer todos los esfuerzos necesarios para que la democracia se traduzca en el bienestar concreto en la vida cotidiana de los ciudadanos.
Dijo que para lograr eso, la seguridad ciudadana sigue siendo uno de los grandes retos.
“Es un componente del Estado de derecho, esencial para garantizar la vigencia de los derechos humanos y, por lo tanto, un requisito sine qua non para el progreso y la estabilidad social”.
Sostuvo que la cooperación internacional es esencial para crear un entorno en el que todos puedan prosperar.
