Un insólito y macabro caso salió a la luz tras revelarse que un hombre ideó un plan fraudulento para no saldar sus compromisos financieros: declaraba falsamente muertos a sus acreedores con el fin de evadir el pago de sus deudas.
De acuerdo con las investigaciones, el individuo utilizaba documentos falsificados y maniobras administrativas para dar por “fallecidos” a quienes le reclamaban dinero, lo que le permitía cerrar procesos y esquivar las obligaciones económicas contraídas.
Las autoridades confirmaron que el caso se encuentra bajo investigación y que se recopilan pruebas para determinar el alcance de la estafa, así como la posible participación de terceros en la obtención de los documentos utilizados.
Este tipo de prácticas constituye un delito grave de falsificación y fraude, castigado por la ley, y puede acarrear sanciones tanto penales como económicas.
Mientras avanzan las indagatorias, las autoridades exhortaron a los ciudadanos a denunciar cualquier irregularidad similar y recordaron que la manipulación de registros civiles es un crimen que atenta contra la institucionalidad del Estado.