Ciudad del Vaticano. Este viernes, trabajadores del Vaticano iniciaron la instalación de la tradicional chimenea en la Capilla Sixtina, marcando la fase final de los preparativos para el cónclave que comenzará el 7 de mayo. Este sistema de señalización, utilizado desde 1914, indicará con humo negro o blanco el resultado de las votaciones secretas para elegir al sucesor del papa Francisco2.
El conducto metálico cumple una función clave en el proceso: tras cada dos rondas de votación, las papeletas son quemadas en un horno especial. Si no hay acuerdo, se añade una mezcla química que genera humo negro. Cuando se alcanza la mayoría de dos tercios, se utiliza otra combinación que produce humo blanco, anunciando la elección del nuevo pontífice2.
La instalación de la chimenea coincide con una serie de reuniones entre los cardenales en Roma, quienes han estado discutiendo el estado actual de la Iglesia y el perfil que debería tener el próximo papa. Entre los temas abordados se encuentran la situación financiera del Vaticano, las reformas internas y las relaciones con otras religiones.
El cónclave se desarrollará bajo estrictas normas de aislamiento y confidencialidad en la Capilla Sixtina, un espacio de gran simbolismo y sede histórica de las elecciones papales. Para garantizar la privacidad absoluta, el Vaticano ha implementado un dispositivo de seguridad tecnológica que incluye bloqueadores de frecuencia y películas protectoras anti-drone.
A medida que se acerca la fecha del cónclave, crecen las expectativas dentro y fuera del Vaticano sobre el rumbo que tomará la Iglesia tras el fin del pontificado de Francisco. Como marca la tradición, solo el humo blanco saliendo del techo de la Capilla Sixtina anunciará al mundo que el nuevo papa ha sido elegido