Pacaraima, una ciudad fronteriza en Brasil, ha visto un aumento significativo en el número de migrantes venezolanos que llegan tras la reciente represión en Venezuela. La situación se ha intensificado después de las elecciones del 28 de julio, en las que Nicolás Maduro fue reelegido, generando una nueva ola de desplazamiento forzado.
En respuesta a esta crisis, un refugio administrado por una iglesia católica en Pacaraima se ha convertido en un pilar de apoyo esencial para los migrantes. Las imágenes de la situación muestran a numerosas familias recibiendo alimentos en contenedores y compartiendo comidas en las calles.
Entre ellas, se puede observar a niños pequeños, incluidos infantes sentados en la acera, quienes encuentran en estas ayudas un pequeño alivio en medio de su dura realidad.
El creciente número de refugiados ha puesto a prueba la capacidad del refugio para atender a todos los necesitados, subrayando la urgente necesidad de una coordinación más amplia entre organizaciones humanitarias y autoridades para enfrentar esta crisis humanitaria en curso.