El presidente del Instituto Duartiano, Wilson Gómez Ramírez, calificó hoy de alarmante el decomiso de potentes armas y municiones por parte de la Dirección General de Aduanas, destinada para Haití y dijo que es una muestra más del peligro que representan para la República Dominicana las bandas que operan en la vecina nación. Añadió que inequívocamente el país está siendo utilizado para llevar armas ilegales a Haití.
Tan grave es la situación, según dice, que las armas enviadas desde los Estados Unidos a las bandas haitianas las ponen en condiciones de poder enfrentar a las fuerzas armadas dominicanas.
“Bueno indudablemente este cargamento que ha sido detectado y las armas decomisadas por las autoridades iban para Haití, pues contrario a lo que se pensaba, que era que venían armas ilegales de Haití a la República Dominicana, la cuestión resulta que ahora nos damos cuenta que es de aquí para allá que se llevan las armas”, sostuvo.
Consideró que las autoridades dominicanas tienen que exigir al gobierno de los Estados Unidos una explicación del envío de armas de contrabando a las bandas que operan en Haití, porque eso pone en peligro la paz en la República Dominicana.
Para Gómez Ramírez se impone una investigación profunda y exhaustiva sobre el decomiso de un cargamento de armas y municiones incautada por Aduanas y establecer responsabilidades en el este caso.
“El Instituto Duartiano expresó su preocupación por el decomiso de un cargamento de armas de fuego y municiones con destino a Haití, que según la Dirección General de Aduanas (DGA) este cargamento procedía de Estados Unidos con 19 fusiles, una ametralladora, cinco pistolas, cargadores y un silenciador”, dijo el dirigente cívico.
Dijo que se impone investigar el alijo de armamentos para determinar las responsabilidades y aplicar sanciones drásticas.
«Este hecho resulta alarmante y pone en evidencia la seria amenaza que entrañan para nuestro territorio estos grupos armados que operan en Haití», declaró.
También criticó la irresponsable actitud de la comunidad internacional ante la crisis en Haití.
«La ONU, la OEA, las grandes potencias, principalmente Estados Unidos, Francia y Canadá, mantienen una indiferencia tal que luce como si se tratara de una actitud deliberadamente concebida para extrapolar la crisis hacia esta parte de la Isla», afirmó.
