En un trágico suceso, el cuerpo calcinado de Yudelkys Hernández Santos, de 41 años, fue descubierto en un terreno baldío cerca de la estación de bomberos de Bávaro, en la Autovía del Este, provincia La Altagracia. La víctima, residente del municipio Cabrera, provincia María Trinidad Sánchez, había sido reportada como desaparecida desde el miércoles 19 de febrero.
El hallazgo se produjo el jueves 21 de febrero, después de que Carlos Samuel Hernández Frías, hermano de la víctima, alertara a las autoridades sobre la presencia de un cuerpo carbonizado en la zona. El médico legista, doctor Polanco Guzmán, determinó que Hernández Santos presentaba “trauma contuso de cráneo/carbonización cadavérica”. Las autoridades presumen que la víctima fue asesinada y posteriormente quemada en el lugar.
Las investigaciones apuntan a Andrew Adepoju, esposo estadounidense de la víctima, como el principal sospechoso del crimen. Familiares de Hernández Santos relataron que la pareja había tenido una acalorada discusión por asuntos pasionales antes de la desaparición. El día de su desaparición, Hernández Santos salió de Cabrera hacia Bávaro, donde tenía una residencia, para llevar a su esposo al Aeropuerto Internacional de Punta Cana. Una vecina declaró que Adepoju regresó solo a la residencia e informó que su esposa “se había quedado”.
Horas antes del hallazgo del cuerpo, la policía encontró la yipeta Hyundai Santa Fe, propiedad de un dealer, abandonada en el estacionamiento del Aeropuerto Internacional de Punta Cana. El vehículo presentaba manchas de sangre en la puerta del conductor y en el interior, así como guantes, una jeringuilla y un machete. El seguimiento por GPS del vehículo reveló que realizó dos paradas en el lugar donde se encontró el cuerpo calcinado. Además, videos de seguridad muestran a Adepoju comprando gasolina en una estación de servicio cercana, horas antes del hallazgo del cuerpo.
Las autoridades han activado la búsqueda de Andrew Adepoju, quien se encuentra prófugo. El caso continúa bajo investigación mientras se realizan las pericias correspondientes en la escena del crimen y el cuerpo es trasladado al Instituto Nacional de Patología Forense en San Pedro de Macorís.
